miércoles, 4 de julio de 2012

MI SEMANA CON MARILYN (Cine Club, 28-6-2012)

  Marilyn Monroe fué un ser cinematográfico, la creación luminosa de una mujer idealizada por millones de seres humanos engañados por un aparato que aprovechó una deficiencia física, pero también fué una mujer insegura, que a veces conseguía superar a la niña de infancia infeliz y se convertía en un adulto sensible.Eso no aparecía en las películas que filmó.Solo recuerdo un documental (narrado por Rock Hudson) donde imágenes de la tristeza que los ojos contraponían a los labios semisonrientes, transmitían algo de ese interior.Narrar una experiencia de filmación y de la verdadera Marilyn fuera del set, necesitaba un realizador que ame al cine y no un rutinario hacedor de documentales y telefilmes, por lo que cabe solo rescatar a una Michelle Williams intensa como la estrella que en público posee rápidos reflejos para aparecer como el ícono sexual del momento y en privado necesita desesperadamente quien la entienda (sin necesidad de poseer su misma dimensión carnal, pero cantando con más adultez que la original) y a Kenneth Branagh que por momentos se parece asombrosamente a Laurence Olivier y su divertido didactismo shakespiriano.

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