En el siglo XIX, la situación de la mujer en Irlanda era
terrible, casi sin salida, salvo recurriendo al disfraz, al trasvestismo.Albert
Nobbs lo hace a partir de un episodio de juventud, que la transforma en un
adulto patológicamente inocente.Pero reducir la situación de género a un ser
casi fuera del tiempo no es hacer un retrato social, sino el de un personaje
atractivo pero que refleja solo parcialmente esa tremenda realidad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario