Las cintas rodeaban el àrbol, como una nueva forma parásita.
En la puerta del garage, otro resto de VHS. Abrí el portón corredizo. Adentro se balanceaba otro resto.
Resto de qué pelìcula?¿Qué obra maestra o qué porquería nos recibe al compás del viento?
A la derecha un árbol viejo, de pocas ramas y menos hojas, ha sido adornado como para Navidad.De dìa las cintas reflejan el sol.
De noche, parecen lentejuelas decorando los años del veterano.
Si el siglo XX de la reproducción mecánica de la obra de arte ha pasado al siglo XXI de la reproducciòn digital, estos restos de dinosaurios (los videoclubes) apenas en poco tiempo más, se esfumarán y no quedarán rastros ¿de una civilizaciòn?
No hay comentarios:
Publicar un comentario