sábado, 25 de febrero de 2012

EL ATAJO DE MEEK (Cine Club, 23-2-2012)

   El western puso en imágenes la "conquista del Oeste" y reafirmó el mito. La destrucción de los pueblos indìgenas y sus culturas y medios de subsistencia (bisontes, p.ej) para ampliar la civilización blanca y la colocaciòn de las vías férreas para agilizar el comercio de costa a costa fueron temas reiterados del género "(norte)americano por excelencia" de la mayor industria cinematográfica occidental.Pero pocas veces se trató el viaje de pequeños contingentes de colonos por tierras desconocidas y a merced de guías inescrupulosos.Y menos el encuentro con indios que no terminara en muertes.
    En esta travesía en medio de la nada, un paisaje que no ofrece más vida que pequeños arbustos, encuadrado por la directora Kelly Reichardt como una inmensidad a vencer para llegar al valle anhelado por las tres familias y quien, más que guiarlos, los tiene de público para sus exhibiciones de ¿glorias? pasadas, el encuentro con el aborigen será la esperanza o el final, según la convicción o la histeria de cada uno.No hay identificación con los personajes sino con la situación, que por momentos se hace físicamente insoportable.Y también la demostración del papel de las mujeres en esa migración interna en un territorio inmenso, por alguien que trabaja para poder filmar lo que y cómo quiere.Vean WENDY Y LUCY (2009), su film anterior.

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